Exposición vigilada.
Publicado en el suplemento cultural Mugalari, del diario Gara el 10/04/03.
La instalación de Ángel Borrego en Artium de Gasteiz, "Exposición vigilada", es de esas propuestas artísticas que plantea más preguntas que respuestas, cuestión que en principio puede constituir un valor, pero que corre el peligro de acabar participando de una artificial indefinición que propicie lecturas cegadas. Entre preguntas y respuestas, el carácter de esta muestra se presta más que a una réplica crítica a un debate abierto que provoque reflexiones e intercambio de ideas, en vez de enconadas lecturas o posicionamientos inalterables. Según su presentación "Actualmente en Euskadi numerosas personas sienten su vida en constante amenaza por razones ideológicas. Esta situación de peligro condiciona completamente su existencia por la continua presencia de alguien que vela por su seguridad: el escolta. El análisis y la reflexión sobre la libertad vigilada, sobre las asfixiantes y controladas seguridad e inseguridad, sobre la incomunicabilidad del sufrimiento, es el punto de partida de esta exposición". El presente diálogo entre Arturo F. y Natxo Rodríguez busca un intercambio de visiones tras haber visitado la exposición, sobre la cual, desde aquí y ahora, uno no puede no verse apelado. - A. F. Quería comenzar este diálogo resaltando la eficacia formal y la limpieza de la puesta en escena de esta instalación, que desde mi punto de vista contribuye a una especie de asepsia al tratar el tema de fondo, cual es la vigilancia de personas por razones ideológicas. Precisamente por ello, entiendo que hay un gran cortocircuito entre la contextualización "formal" de la obra, entendida esta como un conocimiento ejercitado del dispositivo de exposición y sus circunstancias, y el contexto social en que se da el trasfondo de la misma. Desde mi punto de vista la obra, se rompe de alguna manera en este punto. -N. R. A ese "cómo" y "dónde" que apuntas sobre la propuesta de Ángel Bórrego, podríamos añadir también "desde dónde", y lo que se produce es, sin duda, un cruce de contextos. La pieza, el lugar en el que se presenta, el contexto del autor y el contexto social donde tiene lugar, entran a mi entender, en un diálogo forzado. Además "exposición vigilada" constituye una metáfora parcial sobre un problema complejo y desde su objetividad formal participa, consciente o inconscientemente, de una identificación entre el binomio vigilado-vigilante = valor ideológico. - A. F. Efectivamente, ese valor aparece de un modo casi liminal. Por otro lado creo que el sentido de "vigilancia" es entendido aquí como la traslación de una circunstancia social terrible y dramática al espacio de exposición, en un ejercicio que obvia las verdaderas razones de esa circunstancia recogiéndolas, (valga la expresión , de un modo casi "turístico"), para aplicarlas a un ejercicio de experiencia espacial o arquitectónica, de clara supeditación a la idea de escena o acontecimiento expositivo. - N. R. Estoy de acuerdo. A medida que pienso sobre la instalación descubro más pistas sobre un intento del autor por alejarse "correctamente" del objeto de su obra, más que sobre una posible implicación. Esto queda subrayado por el hecho de que las personas que protagonizan el vídeo "son", sin duda lo parecen, actores. No puedo dejar de pensar que se trata de algo ficcionado y por lo tanto esa pretendida objetividad que mencionabas queda de alguna manera en cuestión. - A. R. Sin embargo, yo no creo que sean actores o en esta caso no es determinante, pero sí que hay una interpretación, que no deja de ser como dices una manera de desprenderse "esterilizadamente" , a través de la subjetividad que provoca la actuación, de las verdaderas causas que producen lo que aparece aquí como tema tapado. Por eso no podemos referirnos al hablar de esta instalación de las circunstancias que en el fondo la suscitan, porque no nos reparte las suficientes cartas para entrar a jugar. Es precisamente este punto el que más me preocupa, este distanciamiento, que pretende ser "tierra de nadie", pero acaba siendo "terreno pantanoso". Quizá todo estos comentarios que nos provoca sean un valor intrínseco de la pieza, pero podría habernos invitado a un análisis más concreto, más directo, más útil… - N. R. Aún así, sí considero importante que sea o parezca una ficción. Sobre todo si tenemos en cuenta dos referencias cruciales de la propia obra. Por un lado la vigilancia. Según Virilio, en la videovigilancia desaparece la mirada subjetiva mientras que aquí se reivindica por medio de la ficción. Por otro lado, la cita al situacionismo que se hace desde el título de las instalaciones no me encaja con los postulados situacionistas sino, más bien, con todo lo contrario; con la crítica que el mismo Debord hace de la cultura del espectáculo. - A. F. También creo que la cita situacionista, supongo que referida a la idea de deriva, no resulta ser aquí muy útil. Dice el propio Debord: "Una o varias personas dedicándose a la deriva, renuncian a las razones de desplazarse o actuar que conocen, generalmente en las relaciones, trabajos y entretenimientos que les son propios…". No es el caso, pero es que además se obvia, también en la presentación formal de la exposición, el rebote producido en este acto de vigilancia, bajo el que todos somos vigilados, con lo que ello conlleva. |
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