Manu Arregui muestra en Bilbaoarte su último trabajo.
“On my Own”.
Publicado en suplemente cultural Mugalari y catálogo de becarios Fundación Botín

La instalación de Manu Arregui (1970) en Bilbaoarte supone la presentación individual más importante llevada hasta la fecha por este autor, una vez que su obra se hubiera conocido en distintos proyectos colectivos, y sobre todo a través de su propio sitio web (www.manuarregui.com), una de las más interesantes referencias de artistas relacionados con las nuevas tecnologías. “On my Own” es una instalación en la que una triple proyección ocupa el espacio oscuro de la sala, propiciando una lectura “trenzada” de las imágenes que sorprende por su eficacia y por su rotundidad. La exposición que sirve de prólogo a la obra que presentará este año en Arco, puede visitarse hasta el 28 de marzo en Bilbaoarte.

Manu Arregui es una de las más sólidas figuras de nuestro arte emergente, y lo es precisamente porque reúne muchas características que lo hacen singular. A una especialización técnica fuera de toda duda se une una misteriosa sensibilidad, así como una serena y firme trayectoria que señala las más interesantes expectativas.
Por el carácter figurativo y narrativo de su trabajo, encontramos cuestiones que nos podrían llevar a valorar su obra desde parámetros pictóricos y fílmicos, volviendo nuestra atención por ejemplo sobre aspectos relativos al color, la forma, la iluminación o la sintaxis narrativa , y es precisamente el extrañamiento que supone esta circunstancia la que nos hace entender de un modo más cercano todo lo simple y lo complejo de su propuesta, todo el inquietante poder de sus intenciones creativas. Porque hay un mundo “más allá” de toda esta necesidad de argumentos formales.
“On my Own” es un ejercicio sincero, una instalación medida, con un acertado display expositivo y una conmovedora historia; es escuetamente, una ficción fraccionada y tremenda que acaba por afectarnos. La triple proyección en la que se basa la presentación nos somete a una lectura entretejida de situaciones que precisa urgentemente de un orden, para el que lamentablemente no tenemos solución. Arregui urde una trama de situaciones que retrata los conflictos interiores de toda una generación y la consiguiente ausencia de respuestas, a través de una estética personalísima, que con referencias cinematográficas y musicales, ahonda en la ansiedad y el ahogo de los intérpretes.
A medio camino entre la poética de la imagen y la imagen de lo brutal, el espectador es sometido a la mirada inocente, ambigua y delicadamente inquisidora del personaje protagonista. Como en una encerrona que el destino nos hubiera preparado tras tanto gozo y tanta violencia proporcionada por las imágenes televisuales, por los videojuegos o la publicidad en todas sus formas, nos vemos ahora desnudos (como el clonado personaje protagonista), sin razones que nos permitan seguir observando… “tanto”.
La mirada de este personaje resume, como sólo puede resumir una mirada, todo el pavor y la incertidumbre , todos los traumas y los espantos de un ser inocente sometido en igual medida a la ferocidad mediática de su entorno y a la indolencia de sus espectadores.
Mientras y sin cesar, el grupo de clones baila con ramas en las manos como en una extraña liturgia , y mientras sin cesar, los clones, asustados, desnudos, caminan hacia atrás y caen atrozmente abatidos por disparos certeros y tremendos. Casualmente el disparo viene de nuestro lado y en esta situación, todo apunta a que tenemos algo que ver en todo esto.
La situación es todavía más conmovedora cuando advertimos que la eficacia del discurso, la soberbia interpretación de los actores y el acierto en la reunión de todos estos factores, es un trabajo realizado íntegramente en 3D, (mediante software de modelado en 3 dimensiones), aumentando así hasta el infinito la distancia entre nuestra capacidad de compasión y los destinatarios de la misma.
Pocas veces trabajos con esta servidumbre tecnológica adquieren soluciones de esta carga emotiva, y este aspecto supone una buena noticia a la vista de los modos y maneras en que cierto tipo de infografía ha venido trabajando en relación a la creación artística. En este sentido recordamos algunos trabajos anteriores de este autor como “Coreografía”, un delicado clip con apoteosis final que avanzaba ya el terreno de juego de este creador, sus claves de estilo y su intransferible modo de entender las posibilidades de la creación multimedia .
El trabajo de Arregui, que formó parte del proyecto colectivo “Arte y electricidad”, podrá ser visto en ARCO 03 de la mano de la galería “Espacio mínimo”, y será mostrado a continuación en una muestra colectiva en el M. N. C. A. Reina Sofía. Este mismo año formará parte de la exposición de 8 artistas emergentes, titulada “Bad Boys”, que será presentada en la Bienal de Venecia en Julio.