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Entrevista a Mauro Entrialgo.

MAURO ENTRIALGO
La vida es pura historieta
(publicado en el suplemento Zazpika)


El observatorio sociológico de Mauro Entrialgo tiene siempre consecuencias creativas. Desde historietas hasta guiones para cine y teatro pasando por su pasión rockista, este contador de relatos contemporáneos no pierde la oportunidad de reírse de casi todo.

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En su casa en el centro de Madrid, un verdadero museo de la contracultura, Mauro Entrialgo (Gasteiz 1965), mantiene una intensa actividad creadora. El Scalextric descansa ahora junto a la guitarra eléctrica; en las baldas, los vinilos quedan casi ocultos por muñecos de todo tipo y pelaje, mientras que los comics, que inundan ya las baldas, tienen que buscar espacio en el suelo de todas las habitaciones de la vivienda. Frente al ordenador, Mauro trabaja de noche.
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Lo cierto es que se me hace muy difícil plantear esta entrevista por dos cuestiones. Una es tu gran “diversificación profesional” y otra es que hay ciertos tópicos en los que no me gustaría caer…

Mientras no me preguntes que cuáles son mis influencias, si se puede vivir del cómic y que cuándo empecé a dibujar…

No me lo pones fácil.

En la mayoría de los medios generalistas se destina a la sección de cultura a gente poco interesada en cultura, así que las entrevistas suelen ser un poco patéticas. Uno de mis proyectos más inmediatos es hacerme una página web con un listado de respuestas a las preguntas más usuales y tópicas para sólo tener que facilitar links a los periodistas menos originales. También me hacen gracia esos que se saben cuatro nombres de personajes de historietas y te preguntan : “¿Qué te parece Spiderman? o ¿qué personaje te gustaría ser del Capitán Trueno?”…
Por cierto, tengo mi nueva web a punto: www.mauroentrialgo.com

La primera cuestión tiene que ver con el tópico de los comienzos. Por edad y por trayectoria, viviste de cerca un fenómeno que ahora se tiende a revisar en clave nostálgica. Me refiero al rock radical vasco. ¿Qué valor cultural le otorgas?. Me refiero al momento y al "calado" creativo de la época.

Lo más destacable del fenómeno fue que la gente supiera que podía producir y difundir sus creaciones con sus propios medios. Sin subvenciones ni contratos institucionales no sólo se pueden hacer cosas, sino que además suelen ser mucho más vitales.

Tú comenzaste dibujando en fanzines de los 80. ¿Qué valor le das a este tipo de práctica, que suele ser escuela del “háztelo tú mismo”?. ¿Cómo ha cambiado ese mundo?

Del "háztelo tú mismo" hemos pasado al "no muevo un dedo sin subvención". Las subvenciones me parecen un peligro latente para el desarrollo de la cultura. Hacen visibles determinadas obras normalmente “domesticadas” y compiten de forma desleal con la iniciativa independiente, modelando un panorama cultural bastante falso. Es cierto que pueden hacer posible el desarrollo de determinado trabajo minoritario que sin ayuda no tendría capacidad de subsistir, pero su explosión lleva años bombardeando las ganas de hacer cosas de mucha gente hasta convertirla en gente vaga. Por eso la existencia del TMEO es un fenómeno extraordinario que hay que intentar mantener, aunque haya que trabajar gratis en él durante otros dieciocho años más.

El TMEO

El TMEO es un caso excepcional porque su público no es precisamente del cómic y tampoco es ya un fanzine. ¿Dónde crees que radica su éxito?. Me refiero al éxito de su supervivencia...

En el TMEO confluyen varias casualidades. Por una parte apareció en una momento en el que un montón de gente en la calle quería hacer cosas como fuera (incluso sin cobrar), para contar lo que quisieran y otro montón de gente estaba dispuesta a consumir y apoyar estas cosas. Existía muchísima oferta, pero también bastante demanda. Hoy en día no hay tanta demanda, pero funciona porque casi no hay medios de comunicación en los que uno pueda decir lo que le dé la gana. Casi todos pertenecen a algún grupo mediático o político muy definido que marca los contenidos, con lo cual el TMEO es como un oasis que los lectores agradecen. Y, por supuesto, la red de bares que venden desinteresadamente el TMEO y que se consolidó hace años es también una pieza fundamental de la cadena. Una pieza que sería impensable de organizar desde cero en esta época en la que cada uno va a lo suyo.

¿Se plantea en la plantilla la progresiva introducción de nuevos contenidos, de gente nueva?

Desde los comienzos se ha intentado potenciar el trabajo de nuevos autores con nuevas ideas aunque todavía no supieran expresarlas de la mejor de las formas posibles. Y está claro que esta parte de “escuela de prácticas” que tiene el TMEO ha funcionado, porque somos muchos profesionales los que nos hemos forjado en sus páginas. Lo que sí es cierto es que cada vez hay menos chavales interesados en dibujar tebeos que hablen de lo cercano, notamos que el recambio generacional va más lento.

¿ Cómo se gestiona en el TMEO la cuestión editorial y algo tan importante en este tema como es la distribución?.

La forma de gestionar de manera no autoritaria una publicación en la que participan y han participado tantas personas y tan distintas ha sido siempre un gran problema porque nunca llueve a gusto de todos. En la actualidad existe un consejo de redacción "controlado" por una junta "controlada" por una asamblea. Ya sé que suena burocrático, pero sinceramente creo que es la organización más cristalina que ha tenido nunca la revista. No somos una revista gratuita de tendencias en la que unos pocos viven bien a costa de unos chavales que desean tanto publicar que trabajan gratis. Pero lamentablemente, de momento, las deudas que acarreamos nos impiden que los dibujantes podamos cobrar. Y, como queremos que siga existiendo un lugar donde cada uno diga lo que en pocos otros sitios puede, no nos queda más remedio que seguir currando gratis.
La distribución se hace por dos vías: librerías especializadas y bares del País Vasco y cercanías. Por supuesto, lo que caracteriza al TMEO y posibilita su existencia, como te decía antes, es esta última distribución.

Siempre se te reconoce por un tipo de humor que algunos etiquetan de “gamberro”. ¿Te has sentido encasillado en este sentido?, porque también has hecho cosas más “comedidas”, ¿no?.
Cuando alguien hace cosas muy diversas, para simplificar, el público decide ponerle alguna etiqueta. Y reconozco que lo que más hago es el gamberro, así que en cierto modo esa definición tiene su lógica. Lo que pasa es que luego está el típico desinformado que recurre a esta imagen tópica sin pararse a inventariar y se atreve a decir en alguna reseña que siempre hago lo mismo, que creo que no es exactamente cierto.
Y en el extremo contrario está el chaval que me acusa de no ser gamberro en determinada obra, como si estuviese obligado a hacer siempre lo mismo. Sólo de historieta tengo publicados una veintena de libros, así que si quieres gamberrismo, cómprate los de gamberrismo, no seas gilipollas y te pilles el que no va de lo que te gusta.
Lo de las expectativas personales que tengamos puestas en un producto cultural influye mucho a la hora de valorarlo. Recuerdo la crítica de Mikel Intxausti en el Egin sobre el largometraje para el que hice el guión: Gente Pez (con cuyo resultado final no tuve mucho que ver, la verdad). Me resultó curioso que se quejase principalmente de dos cosas: que la película no contaba la movida auténtica de Malasaña y que no estaba protagonizada por auténticos roqueros. Son dos puntos en los que estoy completamente de acuerdo, pero que pueden aplicársele también, por ejemplo, a Rambo III, a Farenheit 451, a El Honor de los Prizzi, a El Robobo de la jojoya y a La muerte de Mikel. Esperar algo y que te den otra cosa mosquea mucho.

TODO TERRENO

Haces muchas cosas. ¿Esa diversificación de tu trabajo se debe a una cuestión de supervivencia o es que todo lo que haces está de algún modo conectado: rock, cómic, cine, teatro, etc?

Lo de dibujar para revistas y publicaciones muy variadas al mismo tiempo que produzco material gráfico de todo tipo sí que está relacionado con la supervivencia y lo mal que se pagan las historietas por estos lares. Es cierto que para poder vivir de ellas hay que estar muy activo.
Pero lo de dedicarme a medios diferentes se debe más bien a que mi interés se centra en contar historias de la mejor forma posible, buscando el medio más adecuado, pero sin que este condicione previamente el contenido. No entiendo al típico tío que, por ejemplo, dice sentirse y querer ser escritor pero "está buscando" qué contar. Lo mío es justo lo contrario. Yo no me siento nada en particular: ni artista ni dibujante de historietas ni músico. Quiero contar muchas cosas y me interesa la técnica de cada medio sólo lo necesario para poder contarlas bien. No tengo sensación de pertenencia a ningún gremio. Lo cual, por cierto, tiene la ventaja de que me muevo en muchos más territorios y la desventaja de que no me suelen tomar en serio en ninguno de ellos.

Existe una extraña relación de amor / odio entre el mundo del cómic y el de las artes plásticas. Es cómo si la idea de arte y el término “artistas” chirriase para ciertos creadores y consumidores de tebeos. Pero quizá también desde el arte, los cómics se han entendido siempre como un arte “menor”. ¿Cómo ves estas relaciones?

Es cierto, son unas relaciones chunguísimas que sólo superan aquellos que conocen bien ambos territorios. Pero es verdad que los aficionados a los tebeos, si no saben de arte, normalmente sienten un complejo de inferioridad tan terrible que a menudo lo descargan tachando de farsantes a la totalidad de los artistas contemporáneos. Y por otra parte, aquellos aficionados al arte que lo son sólo por el aura de prestigio social que conlleva suelen despreciar a las historietas porque no les interesa su aroma popular. En el fondo de la descalificación de cualquier subdivisión artificial de la creación, en realidad está el desconocimiento. Como de cualquier cosa el 90 % es mierda, si conocemos muy poco de esa cosa sólo conoceremos mierda.

Pero sin embargo, tú has hecho varias exposiciones individuales de pintura, has participado en colectivas, en festivales de video y siempre has tenido contacto y vinculación con el ámbito del arte, ¿no?

Como te decía antes, personalmente me gusta contar historias e intento buscar el medio más adecuado para ellas, al margen de cualquier otra consideración. Pero vamos, que tampoco soy el único, conozco un montón de artistas que leen tebeos y aficionados a los tebeos que saben de arte. Pero no es lo normal.

Últimamente el mundo editorial del cómic ha sufrido muchos cambios. ¿Cómo hay que entender hoy el cómic desde el mundo de la edición y desde la circunstancia actual de los medios de comunicación?

El terrible fenómeno de la concentración de los medios, distribución y venta en unas pocas manos ha sido el causante de que los tebeos (y cualquier producto que no pertenezca a los cuatro grandes mangantes) se hayan tenido que refugiar en tiendas especializadas. Y si los tebeos no se pueden vender ni en grandes superficies, ni en las librerías generalistas, ni siquiera en los simples kioscos, es normal que el medio se haya convertido en un ghetto a casi todos los niveles: aficionados, temas, formatos… Hay muy poquitas excepciones que consigan salirse de ahí: volvemos al TMEO…

Tu trayectoria musical, los grupos en los que has tocado como “Fat Esteban” o “Esteban Light”, han tenido un interesante desarrollo. ¿Podrías resumir este devenir, no solo en lo "estilístico", sino en lo que significa la música en tu vida y en tu trabajo?

En la música, como en casi todo a lo que me dedico, doy mucha importancia a lo narrativo, con lo que todas las canciones que hago, incluso las instrumentales, tienen mucho de ello. Al margen de lo estilístico, si te fijas, todas ellas tienen esa unidad al margen de que sean ska, rock o jazz.
Por otra parte, no me interesa nada el sistema habitual de tener que ensayar sin parar con tu grupo todos los días para conseguir una habilidad técnica espectacular que te permita tocar una canción de forma exactamente igual en cualquier momento. Me gusta interpretar con mi grupo mis propias canciones porque es la mejor manera de que suenen como las he imaginado y porque dudo que a otro le apetezca tocarlas. Pero una vez las he conseguido grabar, sólo me gusta volver a tocarlas para divertirme y casi siempre con variaciones; no encuentro sentido a la repetición exacta de algo ya grabado. Lo del papel de la música en mi vida ya es tan amplio que prefiero no abrasarte más.

MADRID

Vives en Madrid desde hace tiempo. ¿Ha sido beneficioso para ti y para tu carrera?

Más que beneficioso, fue imprescindible para permitirme vivir de lo que me gusta hacer. El problema no era sólo que en el País Vasco existiesen menos medios, es que además nunca conseguí que tomaran mi trabajo demasiado en serio en ninguno hasta que ya me había marchado fuera. Supongo que debido a aquello de que nunca apreciamos lo que tenemos más cerca.
Hoy en día, con Internet, no creo que sea ya necesario abandonar una ciudad pequeña para quien quiera ganarse la vida con algo así. Gracias a la red puedes conseguir, por ejemplo, publicar en Japón sin salir de casa y así, los de tu pueblo enseguida te empezarán a hacer caso sin necesidad de que te marches.

¿Hay que explicar todavía en Madrid algunas cosas sobre el País Vasco?

Hay que explicar muchas cosas a mucha gente en muchos sitios, pero hace tiempo que no tengo muchas ganas de hacerlo en directo. Cuando me entra un ataque de explicar algo, hago una historieta sobre ese asunto.

HERMINIO BOLAEXTRA.

¿Cómo crees que se ve "desde fuera" a Herminio Bolaextra?

Muchas veces me ha dado miedo incluir en las historietas de Herminio actitudes demasiado machistas o cabronas con alguien débil, pero finalmente me he dado cuenta de que la gente entiende bien cómo es el personaje y que sus gamberradas van contra todo y contra todos, sin privilegiar ni siquiera al desfavorecido.

¿Te atreverías a buscarle comparación en el mundo de la historieta?

Varias veces había leído críticas de mis tebeos de Herminio comparándolos con algunos de la escuela Bruguera y, bueno, yo veía que un poco sí, añadiendo mucho de underground americano y más de historieta satírica francesa (Reiser, sobre todo). Pero cuando leí "La España del tebeo" de Antonio Altarriba me di cuenta que el paralelismo que él proponía con Doña Urraca es bastante coherente incluso en la similitud gráfica. Una camiseta que hice en la que Herminio dice "Como que me llamo Herminio que hoy hago alguna hijoputada gorda", por ejemplo, podría haberla protagonizado Doña Urraca perfectamente. Supongo que a nivel inconsciente siempre influyen todas nuestras lecturas y, por supuesto, Doña Urraca fue una de ellas.

Dicen que muchas verdades se dicen en broma, y que la risa es el camino hacia la reflexión...

Hombre, es evidente que Herminio dice muchas verdades que por inhibición, autocontrol, bondad, o como quieras llamarlo nunca soltamos aunque estemos deseando hacerlo.

Herminio ha cobrado vida en el teatro. ¿Cómo ha sido esa traslación?, ¿te has quedado satisfecho al verlo "de carne y hueso"?

En el teatro, gracias al trabajo conjunto de Eloi Beato y a la interpretación de los Sobradún, creo que se consiguió una adaptación muy buena. Dejamos las características más destacadas de su universo, pero introdujimos algún elemento nuevo que aunque mantuviera unidad con él aportara algo más de acción, cosa muy necesaria para no aburrir en escena.

¿ Crees que podría tener vida en el cine o la televisión?

Su personalidad excesiva lo hace apto para el teatro, pero en imagen real: cine o televisión, no lo veo demasiado claro porque requeriría una caricaturización muy peligrosa que podría “chavodelocholizarlo” (chavo del ocho) peligrosamente.
Sin embargo, sí que lo veo en animación e incluso estoy en tratos con varias empresas para una serie de dibujos animados de corta duración para móviles. Lo que pasa es que no llego a un acuerdo con ninguna: unas quieren suavizar el tono (y me niego) y otras no saben bien lo que quieren (y me vuelven tan loco que acabo enviándoles a la mierda porque ya no soporto tonterías de ejecutivos sin criterio). Resultaría tan sencillo adaptar sus aventuras a pequeñas píldoras animadas que no entiendo por qué cojones andan dándole tantas vueltas al proyecto.

¿Cómo ves el mundo ahora mismo? Ya se que es una pregunta digna del reportero Herminio Bolaextra, pero me gustaría un breve diagnóstico y una receta si la hubiera, según tu observatorio sociológico.

Por una lado, veo que cada vez es menor el abanico de opciones de vida posible y se nos fuerza a aceptar como inevitables unas determinadas formas de pensamiento que no son las únicas aunque se nos presenten como tales. Pero, por otro lado, soy optimista y creo que las nuevas tecnologías nos dan muchísimas posibilidades para luchar contra esa situación.
Y la receta, supongo, es la curiosidad. Intentar aprender lo más posible no digo yo que para vivir más feliz, porque quizás sea más feliz aquel que no se entera de nada, pero al menos para sentirse algo más vivo.


Cómo ser un Hijo puta.

Así es el título de esta magnifica guía del gamberrismo, una auténtica arma de destrucción masiva, una enciclopedia de actitudes reprobables que irrumpe con fuerza en nuestra conciencia apelando a nuestros instintos más malévolos. En este indispensable álbum que ahora se presenta han trabajado tres mentes peligrosas en una alianza inédita hasta la fecha.
Mauro Entrialgo es el creador de Herminio Bolaextra, ha publicado sus historietas en cientos de libros y publicaciones. Entrialgo ha escrito y estrenado un largometraje y cuatro obras de teatro y ha participado en diversos proyectos artísticos. Santiago Orue ha publicado dos libros de historietas, ha escrito dos obras de teatro y es especialmente conocido a través de la revista TMEO. Ata ha publicado multitud de historietas y es el creador, entre otros personajes, del Doctor Espárrago.
Herminio Bolaextra, el “prota”, es por motivos de supervivencia, redactor de tercera fila del periódico amarillista “El Caos”. Adicto al Ricard, entusiasta del tequila y amigo de la jarana, dedica la mayor parte de su existencia a su pasatiempo favorito: el gamberrismo prácticamente indiscriminado.
Este personaje, que nació en las páginas del TMEO y multiplicó sus apariciones desdoblándose a otras revistas como Makoki. ha trascendido al cómic, protagonizando una obra de teatro de gran éxito que estuvo representándose durante diez años.
La aparición de este álbum de humor gráfico a caballo entre el manual de autoayuda y el libro de instrucciones, describe minuciosamente la forma de ser del “reportero de los tres huevos”, un álbum que está teniendo una importante acogida en el ámbito de la historieta y que pronto se convertirá en un clásico.
Guía definitiva del universo de Herminio Bolaextra, su arsenal de chistes gruesos y actitudes de alta peligrosidad social, supone un método directo y eficaz para quien quiera tomar ejemplo y convertirse en un auténtico hijo de puta.

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