TXEMA BURGOS.

…Sin duda, es el desnudo masculino el que se convierte en contenido de fondo para la obra de Burgos. Pero es en las actitudes homoeróticas de estos hombres anónimos cuando su pintura alcanza un peldaño más, el de la actitud y el compromiso, el de la apología del tacto y la expresión libre del disfrute personal. En las formas de su obra, pervive el clasicismo de un dibujo cuidado en las proporciones y el trazo, mientras las inquietantes escenas, neutras, atemporales y sin escenario identificable buscan la actualización de una sensualidad radical, que se torna evidentemente en su modo de entender la masculinidad. En sus lienzos las figuras llenan la tela porque su facilidad para el dibujo admite mejor los grandes formatos, pero el carácter muralista de su obra se aprecia mejor en las paredes, columnas, techos, y otros soportes arquitectónicos, donde crea y se expresa, interviniendo de esta manera el espacio y apropiándose de él, transfiriendo el sentido de su obra y el gesto de su dibujo, como buscando una permanencia mas intensa (pero mas delicada y elegante). Burgos hace así de su obra un espacio "habitable", una extensión de su trabajo que busca la traslación hacia la creación de ambientes y de modos de estar, porque básicamente, su trabajo tiene una intención hedonista que busca desplegarse en todos los ordenes posibles…

El color tiene otro protagonismo en su puesta en escena, es un tratamiento del óleo muy fundiente, diluido como si se tratase de acuarela, lleno de gamas cálidas y tonos pastel que intensifican este continuo código, este lenguaje de caricias en cuerpos voluptuosos que el autor vincula a la arquitectura, mediante la inclusión de arcos, escaleras, columnas y otros elementos que definen levemente un escenario, una escena, una composición teatral de corte clásico. Seguramente, este es un escenario mental, un cúmulo de sensaciones y una toma de posición. Un lugar ideal, su particular templo del placer…
Es necesario destacar en la obra de Txema Burgos el cuidado proceso de creación a través de pequeños apuntes, dibujos y fotos que se convierten en primeros datos, en punto de partida para lo que luego veremos en el contenido de su trabajo, de sus ideas, un trabajo que explora muy bien en sus referentes vitales y que trabaja impulsivamente a favor de la visibilidad de los sentimientos…
Un trabajo por tanto el de Txema Burgos que se convierte en una invitación a la fiesta de los sentidos que el autor celebra en su propio templo, que es aquí y ahora esta exposición.
Arturo/fito/ Rodríguez.
(extraído del suplemento Artea-Mugalari y adecuado para esta publicación).